Raza Castellana
Origen e Historia
Raza procedente del tronco de ovejas entrefinas, cuyo ancestro común es el Ovis aries celtivericus, del cual descienden numerosas razas en la península ibérica. Ocupó zonas llanas de la meseta norte, asociándose a los cultivos de cereal, donde el redileo en las rastrojeras para estercolarlas era parte fundamental de las labores agrícolas. En otras épocas del año aprovechaban pastos marginales, donde eran más eficientes que el ganado vacuno. Pudo tener cierta influencia de la raza Merina con la que compartió cañadas y zonas de puertos, aunque esta raza tan sólo realizaba trasterminancia.
En origen la capa era de color negro, pero a mediados del pasado siglo la depreciación de la lana negra fue tan importante, que la selección hacia la capa blanca fue sistemática, introduciéndose en zonas de castilla la raza manchega para acelerar este proceso. Esta selección persiste hasta nuestros días, ya que aunque la lana no tiene gran valor, la piel de los lechazos es bastante apreciada, y las partidas con crías de color negro son penalizadas.
Apenas hay referencias a la raza, debido a que éste concepto se acuñó en el S. XIX, y en el ganado ovino, como en otros animales de abasto, no se utilizaban nombres específicos, sino que eran nombradas como «ovejas del país», o con el tiempo tomaban el toponímico de la zona. La raza Castellana tomó su nombre de la submeseta norte donde tuvo su origen.
Desde la antigüedad son conocidas las Ferias Ganaderas de Medina del Campo, donde la raza Castellana ha tenido desde siempre una presencia importante, y cuyos orígenes se remontan a la Edad Media. Siguen además celebrándose en la provincia de Zamora ferias como las de Carbajales de Alba, conocida ya desde el siglo diecinueve, y donde han acudido los ganaderos a adquirir los mejores sementales. También en Zamora, hasta finales del siglo pasado se celebraba en el mes de abril la Feria de Botiguero, que ha vuelto a retomarse en los últimos años.
La Diputación de Salamanca posee en la Finca «Castro Enríquez» un rebaño en pureza de raza Castellana, manteniendo de forma separada tanto la variedad blanca como la negra. Este rebaño se creó en base a ovinos locales, con aportaciones de sementales de la provincia de Zamora. No obstante, hasta los años ochenta no comenzó una mejora programada de forma rigurosa.
En 1979 la raza fue catalogada por el Ministerio de Agricultura como raza de fomento, creándose tres años más tarde, en 1982, la Asociación Nacional Española de Criadores de Ganado Ovino Selecto de Raza Castellana, ANCA. Al año siguiente se estableció el Registro Especial de ganado Selecto de la Raza, y en 1988 se publicó la Reglamentación Específica de su Libro Genealógico. Finalmente, en el año 2000 fueron aprobados los esquemas de selección lechero y de prolificidad/capacidad maternal para el ganado de carne.
Distribución Geográfica
Dentro de la CC AA de Castilla y León, la provincia con el censo más destacable de la raza Castellana es Zamora, donde se concentran en las comarcas de Aliste, Sanabria y Sayago principalmente. En el resto de la provincia se pueden encontrar rebaños más dispersos, al igual que en las provincias de Valladolid, León, y Salamanca. El censo publicado por Sánchez Belda describía una cabaña de más de un millón y medio de cabezas. En la actualidad el censo puede ser de unos 350.000 animales, estabilizado desde hace unos 10 años. Las zonas de Zamora donde la raza castellana es la raza ovina mayoritaria (unas 135.000 cabezas repartidas en aproximadamente 500 explotaciones), tienen una perfecta adaptación de los pastos naturales a las ovejas. También allí el cruce con todo tipo de razas ha sido sistemático, pero ninguno ha conseguido desplazar a estos animales.
Morfológica de la Raza Castellana
La raza se describe como eumétrica, mesolínea y de perfil recto o subconvexo, variando según el área de explotación. La apariencia de los animales es fuerte y armoniosa, con morfología idéntica en las dos variedades.
Ordenado por regiones, las características son las siguientes:
Cabeza: de tamaño medio, alargada y algo aplanada lateralmente, con la piel fina y totalmente desprovista de lana; la presencia de animales «moñudos» es muy escasa. La línea frontonasal es recta o subconvexa, característica ésta última más acentuada en los machos y con la edad. La frente es ligeramente abombada en la línea de unión entre las órbitas oculares, que son poco salientes. Las orejas son de tamaño pequeño o medio, proyectadas horizontalmente, y que mueven con facilidad, dándoles un aspecto vivaracho. Tienen el morro con labios finos. Pueden aparecer los cuernos sobre todo en los machos, en especial en los de capa negra. En los animales blancos son de color pardo y en los negros de color muy oscuro o negro. En las hembras es más rara la aparición de cuernos y suele tratarse de «corniches», cuernos pequeños con una implantación débil que pierden con facilidad.
Cuello: fuerte, de longitud media y bien implantado en el tronco. Presencia de mamellas frecuente en la variedad blanca, y más escaso en la negra, aunque el esquileo suele eliminarlas. En esta raza nunca aparecen pliegues en el cuello. En los machos con la edad puede aparecer una crinera de pelo basto en la parte inferior del cuello
Tronco: profundo y bien proporcionado, con la cruz poco destacada y pecho y lomo anchos. Costillares arqueados y vientre recogido. La línea dorso lumbar debe ser rectilínea, aunque se puede observar al medirlos que la mayoría de los animales son bajos de agujas. Los animales muy largos de tronco, aunque ello en sí no sea un defecto, con el tiempo tienden a ensillarse. La grupa es ligeramente caída. La cola es de inserción baja, estrecha en toda su extensión y muy larga, que llega a tocar el suelo, aunque la caudotomía sistemática impide observar esta característica. Suele estar compuesta por entre 22-25 vértebras.
Mamas: bien implantadas, globosas y con pezones de tamaño medio. Aumentan de tamaño con las sucesivas lactaciones, aunque es raro llegar a observar descolgamientos. La piel es fina, del color de la capa del animal.
Extremidades: fuertes, bien proporcionadas, de longitud media. De cañas finas y con buenos aplomos. La lana no debe rebasar nunca la línea del corvejón. Las pezuñas son claras o negras según la capa del animal, y la ausencia de desgaste si no salen al campo, produce hipertrofia y problemas que pueden llegar a comprometer el buen estado del animal.
Vellón: lana entrefina, densa y cerrada, que se abre en mechas rectangulares típicas; cubre el tronco, cola y parte alta de las extremidades, quedando sólo al descubierto las bragadas, la mama, y de forma irregular el vientre. El tipo de manejo influye en el aspecto y cobertura del vellón, y puede observarse que los animales explotados en régimen extensivo tienen vellones más largos y cerrados, llegando a las carrilleras. La longitud del vellón es de 7-8 cm., con ondulaciones (5-6/cm. a lo largo de la fibra), alcanzando estirada los 10-12 cm. Su grosor es de 24-28 micras, clasificado como Tipo V dentro de los grupos comerciales de España la lana blanca, y tipo X la lana negra. El peso del vellón tras el esquileo es de 2-3 Kg. en las hembras, y de 4-5 en los machos, aunque aquí también hay muchas diferencias según el manejo del animal. El rendimiento al lavado es del 42-50%.
Capa: en base al color de la capa se describen dos variedades de la raza: blanca y negra, existiendo además animales de capa jarda, es decir de capa mezclada. Las ovejas blancas son animales de piel clara uniforme, que pueden ocasionalmente presentar pequeñas manchas o pintas de color negro o parduzco en el interior de las orejas, nariz, mucosas o en la parte distal de las extremidades. Por su parte las ovejas negras se caracterizan por el color negro de la piel, y el vellón aunque oscuro la mayoría de las veces, admite una gran variedad de tonalidades, desde pardo muy oscuro, tonos rojizos, y llegando incluso a colores muy claros semejantes a la variedad blanca. Estos animales se denominan «albarinos» o «albadíos». La variedad negra presenta de forma casi constante manchas blancas en la nuca, de tamaño medio (coronadas) o muy pequeñas (puntiblancas). Es frecuente además que esta mancha se extienda a la zona nasal, apareciendo animales «caretos». Es típica la presencia de una mancha blanca en la punta de la cola, de distinta extensión, aunque la caudotomías que se realiza en las hembras impide observarla. Además de los animales blancos y negros, existe mezcla de ambas capas. Estos animales se denominan genéricamente jardos o berrendos. No constituyen una variedad en sí misma, aunque es frecuente verlos en rebaños que tienen animales de las dos capas. La piel es algo gruesa, con un pelo de cobertura brillante en la cara y zonas desprovistas de lana, a excepción de mama y bragadas. El color de las mucosas está en consonancia con la capa, aunque pueden aparecer manchas oscuras o claras en las capas contrarias. En los lechazos de menos de 12 Kg., la piel es sumamente fina y apreciada comercialmente.
Formato: Como puede verse en la tabla, las medidas zoométricas de la raza castellana son bastante variables. Los animales de mayor formato son los de la provincia de Valladolid, que son animales de ordeño bien alimentados, y con cierta influencia de raza manchega. Tienen mayor alzada y tronco largo, con cierta tendencia a acarnerarse tanto los machos como las hembras. El otro extremo en cuanto a medidas, lo encontramos en las comarcas de Aliste y Sanabria, que podría considerarse como un ecotipo. El manejo de estos animales es mucho más extensivo, y son rebaños de producción cárnica. Los animales tienen menor alzada, son más cortos y recogidos de cuerpo, perfil más recto, mayor espesor del vellón y aspecto muy compacto. Por supuesto entre estos dos extremos descritos existen rebaños intermedios. La mejora en la alimentación, y el intercambio de genética a través de la inseminación artificial, sin duda irá armonizando estas medidas.
Sistemas de Explotación
Son muy variados, desde el extensivo estricto, hasta el semiintensivo. Incluso dentro del mismo rebaño pueden encontrarse sistemas mixtos, según estemos hablando de lotes de ordeño o las ovejas secas. Pueden encontrarse ganaderías con un sistema de manejo muy tradicional, y escasa control, y otras con alta tecnificación y control sistemático de las producciones. Es frecuente también observar que la misma explotación puede variar el manejo en función de los recursos pastables de distintos años o estaciones. Lo que sí puede afirmarse es que no existen ganaderías intensivas, dado que la castellana es una raza que no soporta encierros muy prolongados, y de hecho lo que interesa a sus propietarios es el aprovechamiento que estos animales hacen de todo tipo forrajes a diente.
Las ganaderías con animales de la raza constituyen la base económica de sus dueños, complementado con rendimientos agrícolas, destinados en su totalidad o en parte a la alimentación de las ovejas: paja, grano de cereal o leguminosas, henos, alfalfa, cereales para consumo en verde, subproductos de zonas de regadío, etc…). El tamaño de los rebaños varía entre 150 y 3000 cabezas, dependiendo de los efectivos humanos presentes en la ganadería. La mayoría de poseen naves para guardar el ganado de forma diaria, estacional o las ovejas paridas, aunque existen aún ganaderías trasterminantes sin ningún tipo de instalación ganadera ni ubicación fija.
Los rebaños salen diariamente a pastar, bien sea en prados propios, comunales o alquilados, zonas adehesadas, rastrojeras o zonas donde se eliminan subproductos agrícolas. En el norte de la provincia de Zamora se realiza en verano la trasterminancia desde municipios de la zona de Aliste y Tábara a la sierra de la Culebra, así como en zonas de Sanabria.
Las crías que se van a dejar como reposición puede permanecer algún tiempo más con las madres. En rebaños de carne no suelen destetarse, saliendo al mes o mes y medio al campo. En rebaños de leche, el destete se realiza a los 40 días del parto, o cuando los animales tienen 14-15 kg. de peso. Se les da un pienso de arranque, pasando progresivamente a la alimentación general. La incorporación de estas corderas al rebaño depende de la disponibilidad de pastos; si son abundantes a los tres o cuatro meses pueden incorporarse, mientras que si no hay comida, la reposición queda en las naves o en cercados donde se las suplementa a diario. En rebaños grandes de ordeño, donde el número de animales de reposición constituye en sí un lote, lo habitual es tener apartada la reposición hasta la cubrición. Estas corderas para vida se suelen dejar en las parideras que van desde noviembre a marzo-abril, para evitar por un lado tener animales muy pequeños en las épocas de más calor, y también porque en esas fechas los lechazos tienen precios bajos. No obstante, la descendencia de animales de alto valor genético se deja en cualquier época del año.
Las ovejas en ordeño permanecen en las naves, con salida opcional a los pastos. Se les suplementa en la sala de ordeño con una ración, o bien ésta se encuentra a libre disposición en las comederas. El período de lactación tras el destete viene siendo de dos a tres meses como máximo, habiendo en las ganaderías 4 ó 5 lotes de paridera al año. En las razas autóctonas se ha ido acortando el periodo de ordeño, ya que sólo interesa ordeñar las ovejas cuando producen por encima del litro, pasando enseguida a cubrirse en el tercer mes (2º de ordeño). Esto incrementa el número de partos en las ganaderías, ya que en una raza de doble aptitud es también importante la producción de lechazos. Al minimizarse el tiempo de lactación, la oveja no sufre un desgaste excesivo, y no se han observado desviejes prematuros por este motivo.
En los rebaños de carne las parideras son casi continuas, y sólo en cortos periodos de tiempo los machos se encuentran apartados. Las cubriciones tienden de esta forma a ser constantes, aunque de modo natural se concentran en primavera y otoño. Los machos permanecen con las ovejas secas en el campo, siendo suplementados aparte. No obstante, en la raza Castellana, cuando los animales están bien suplementados, la estacionalidad es poco marcada.
Las ovejas secas se encuentran siempre en el campo, aprovechando todo tipo de recursos, y solamente en verano es habitual suplementarlas. Por las noches se cierran en rediles, aunque la presencia de lobos en muchas provincias está suponiendo una angustia constante para esta práctica.
Características Productivas
Oveja rústica de triple aptitud: carne, leche y lana, ó cuádruple, si se quiere añadir la producción de estiércol, que rara vez se menciona. La producción de estiércol es importante en las propias explotaciones, ya que sigue siendo un sistema de oveja-cereal; la producción de lana puede considerarse hasta indeseable, dado que su precio no cubre ni los costes del esquileo.
La producción de carne es la más importante, oscilando la prolificidad de las ganaderías en control entre 1’1 y 1’7, con una media de 1’4. Teniendo en cuenta que no se emplean apenas métodos de inducción de celo y que la suplementación es escasa, éste es buen dato, dada la rusticidad de la raza. La venta de las crías se centra en el cordero lechal o lechazo, que se sacrifica a los 20-40 días de edad, una vez alcanzado un peso de 10-12 kg. en vivo. Los rendimientos medios a la canal son del 55%, con un peso de 4’5-6’5 kg sin cabeza ni asadura, y de 5’5 -7’5 con ellas. Estas canales deben presentar un buen engrasamiento y un color pálido de la carne. La alimentación de los lechazos se realiza exclusivamente con leche materna, lo que le confiere un sabor muy suave, siendo un producto muy apreciado, que forma parte de la cultura gastronómica de nuestra comunidad. El lechazo comenzó como producto tradicional de las explotaciones lecheras, donde la cría se sacrificaba a edad temprana con el fin de poder aprovechar parte de la leche de la madre para la elaboración de quesos. Sin embargo en la actualidad la gran mayoría de ganaderías de carne también venden lechazos, dado el buen precio que alcanzan en el mercado.
También es de resaltar la producción de corderos de pesos superiores entre 20-30 kg, normalmente acabados en cebadero ya que raramente salen de las explotaciones con ese peso. En canal los rendimientos son siempre inferiores al 50%, y son canales que se presentan siempre sin cabeza ni asadura. Este tipo de cordero pesado se produce principalmente en la provincia de Zamora.
En las ganaderías de ordeño, los ingresos se reparten al 50% entre la leche y la carne. La producción media dentro de la Asociación es de 105 litros en 120 días. Esta media ha ido bajando en los últimos años, debido a la reducción del tiempos de ordeño, siendo raro que en la práctica la lactación llegue ya a esos 120 días que marca la lactación normalizada en ovino. Por supuesto dentro de estas medias hay una gran variabilidad, oscilando desde explotaciones que no llegan a los 80 litros, a otras que superan los 140. En cuanto a la calidad de la leche, el porcentaje de grasa es del 6’55 %, y el de proteína del 5’57%. Igualmente aquí hay ganaderías que superan de media el 7%, con extractos secos por encima del 18’5 %.
En cuanto a la lana es actualmente un producto marginal. Con pequeñas oscilaciones, la lana negra se valora a la mitad de precio que la blanca, aunque hoy en día no tiene gran influencia a la hora de escoger la capa. Si influye en cambio la piel; en los últimos años los precios se encuentran en niveles mínimos, pero han llegado a tener gran valor. La piel que se obtiene de los lechazos es un producto de calidad, pero en la capa negra no se puede teñir, por lo que las partidas donde aparecen muchos animales negros se deprecian.
Fomento y Mejora
A mediados del S. XX existían aún gran cantidad de animales negros en pureza, dado que es la capa original de la raza, pero la persistente selección y el cruzamiento con animales de capa blanca (principalmente la por la introducción de raza Manchega), eliminó casi por completo estos animales; los animales negros puros son rarísimos (ovejas moras). La presencia de la mancha blanca en la nuca es lo más habitual. Esto puede considerarse una característica peculiar de la Castellana Negra, ya que otras razas entrefinas y finas con variedades negras, casos de la Manchega o la Merina, los individuos son totalmente negros, a pesar de que el cruzamiento ha sido más intenso que en la Castellana. La variedad castellana negra está catalogada en peligro de extinción desde el año 1997 por el M.A.P.A., según el actual catálogo oficial de razas ovinas.
En 1979 el M.A.P.A. catalogó la raza como de «fomento», constituyéndose la Asociación de Criadores en el año 1982. En 1988, se publicó la Reglamentación Específica del Libro Genealógico de la Raza, para velar por la pureza y mejora de la misma. En 1992, ANCA es reconocida oficialmente e inscrita en el Registro General como Asociación de Criadores de Ganado Ovino de Raza Pura. En el año 2000, se reconocieron oficialmente los dos Esquemas de Selección de la Raza Castellana: producción de leche, y capacidad maternal/prolificidad (consultar apartado de «legislación» y «esquemas de selección» de la WEB).
Gracias a la colaboración con el M.A.P.A., la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León, y las Diputaciones Provinciales de Zamora y Valladolid, ANCA realiza el Control Lechero Oficial de las ganaderías de ordeño inscritas dentro de la Asociación. Existen machos valorados (consultar apartado de «catálogo de sementales» de la WEB), machos en espera y machos en prueba. Las inseminaciones se realizan de forma gratuita para los ganaderos de la Asociación, que tienen la obligación de que al menos un 50% de las dosis sean de machos en prueba. Los ganaderos que deseen comprar dosis las tienen a su disposición en el Centro de Selección y Mejora de Castilla y León (Toro), así como en el CENSYRA de León.
A su vez son importantes en el fomento de la raza los productos de calidad reconocidos: se encuentra amparado en la Identificación Geográfica Protegida «Lechazo de Castilla y León», desde su creación en 1997, siempre que sean sacrificados con pesos entre 9 y 12 kg. y clasificados de 1ª en el matadero.
También la leche de oveja se encuentra amparada dentro del producto de Denominación de Origen «Queso Zamorano», en marcha desde 1993. Dentro de esta denominación se acogen quesos de pasta dura de leche de oveja castellana, churra o cruces de éstas con otras razas lecheras, abarcando toda la provincia de Zamora.
Desde sus inicios, ANCA realiza un Concurso-Subasta anual, que viene celebrándose en Salamanca (Feria Internacional de Ganado Puro – septiembre) o en la ciudad de Zamora, hace años en la Feria de Botiguero, actualmente en la Feria OVINNOVA. También participa en otras ferias ganaderas, como la Feria de Sementales Castellanos de Carbajales de Alba y la de Bermillo de Sayago, ambas en la provincia de Zamora.
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